Les aviso de que escribo este post desde el móvil aprovechando el wifi de algún alma caritativa ;) y con algunas de las fotos que he ido haciendo con el aparatejo éste. De manera que les pido que me perdonen por la calidad de las mismas, pero que las disfruten igualmente. Por pedir que no quede, ¿verdad?
Llevamos una semanita y pico de vacaciones disfrutándolas como si no hubiera un mañana. Sí, sí señores. Aquí la menda lerenda está aprovechando que tiene familiares por todas las esquinas de la casa para cambiar menos pañales y dormir más ¡Viva la vida loca!
Los que no viven en el lugar donde nacieron o donde tienen a la familia entenderán mi situación vacacional: cuando llegan estas fechas, la vuelta a casa es visita obligada y ¡tan felices! Hay ganas. Muchas ganas y, sobre todo, si uno tiene sus raíces en una isla del mar Mediterráneo.
Son visitas que disfrutamos como guiris (turistas) pero con el conocimiento de quien está en casa. Nosotros estos primeros días estamos haciendo vida de pueblo (gracias, tía Cati) y nos levantamos cuando al gallo y a mis dos hijos les pega el primer rayo de sol en la cara. Más pronto de lo que a una le gustaría... ¡para qué mentir! Vamos a tomar el café a plaça mientras Liam juega a fútbol con el niño que esté por ahí. Da igual si no se conocen. Aquí todo es más fácil. Los jueves vamos al mercado y las tardes son de porche y piscina.
Cogemos el coche y nos vamos de verbena al pueblo de al lado. Tomamos el tren y nos plantamos en Palma para ver a nuestra amiga Marga (un beso, guapa) y almorzar un llonguet de queso. Y así van pasando los días. Con visitas de la familia a Sa Caseta para merendar todos juntos helado de almendras y ensaïmades (que no se pierdan las tradiciones) y con domingos de paella y coca de albaricoques porque mis tías están en la cocina.
Y lo que nos queda. Ya siento la llamada de la playa, aunque sea sólo un ratito. Esa clase de Zumba a la que le he prometido ir a mi prima, reencuentros con viejos conocidos y pasear por las calles del centro de Palma. Señores, Mallorca es más que playas llenas de turistas alemanes y quien les diga lo contrario es que no tiene ni idea. Palabra de mallorquina :)
Vaya envidia mala!!! Yo tengo unas ganas ya de pisar Sa Roqueta que no lo sabe nadie!!! Disfrutad, que estos veranos no están pagados
ReplyDeleteisa
Te echamos de menos, Mai Mai!! (A Jonny también, eh!!)
DeleteDISFRUTANDO COMO UNA LOCA DE VOSTROS!!! NECESITO UN RED BULL PERO!!!
ReplyDelete¡Cómo te entiendo!
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